Etxalar es un pueblo fronterizo con casas de los siglos XVI-XVII, un claro ejemplo de arquitectura tradicional mantenidas durante siglos. Por su conservación y mejora del pueblo fue Premio Nacional de Turismo en 1969 y hoy en día sigue siendo uno de los pueblos que mejor cuida sus casas y sus calles. Paseando por el pueblo podréis contemplar la torre medieval de Gaztelu, que llegó a ser casa de armas del reino. También podréis visitar la Iglesia de la Asunción que, en su exterior, se puede contemplar los restos de un antiguo cementerio con estelas discoideas labradas a partir del siglo XVII.
Pero si Etxalar es conocido es por sus Palomeras; antigua forma de caza que lanzan unas paletas que simulan aves de presa para hacerlas descender y atraparlas en sus redes. El tercer domingo de octubre se celebra el “Dia de las Palomeras”, un día ideal para disfrutar de esta tradición que se remonta al siglo XV.
Otra de las joyas de Etxalar es su entorno. Rodeado de prados, bosque y monte autentico del pirineo atlántico, se convierte en un lugar ideal para hacer salidas a pie o en bici y de este modo, descubrir rincones con mucho encanto.
La ubicación del pueblo permite visitar diversos lugares. Desde el norte de Navarra, a la zona vasco-francesa con sus pintorescos pueblos, sin olvidar la costa ya que la Casa Katton se sitúa a tan solo 40 km de las playas de San Sebastián.
Os ofrecemos algunos de los lugares que puedes visitar para disfrutar del encanto de nuestro pueblo y su alrededor.
Magia, fantasía y brujería se han convertido la Cueva de Zugarramurdi en un enclave turístico único a 400 metros de este pueblo fronterizo con Francia en el Pirineo occidental navarro. Hay también un Museo de las Brujas como complemento.
Un fabuloso jardín botánico con mirlos, ardillas y siete especies de pájaros carpinteros destaca en este Parque Natural del Pirineo occidental navarro junto al río Bidasoa con árboles de gran porte y bien conservados en el término de Oieregi.
Es uno de los lugares en los que el tiempo se ha detenido. Se construyó en 1785 como molino real y hoy es ecomuseo activo. Su molinero sigue utilizando sus manos y los aperos de antaño para triturar el trigo y el maiz, y puedes elaborar su propia torta.
En nuestro entorno se celebran diferentes eventos llenos de tradición que no debes perder.